Des hommes et des dieux (Of Gods and Men)
Género: Drama
Elenco: Lambert Wilson, Michael Lonsdale, Olivier Rabourdin, Jacques Herlin, Sabrina Ouazani, Goran Kostic, Philippe Laudenbach y Xavier Maly
Guión: Xavier Beauvois y Etienne Comar
Director: Xavier Beauvois
Duración: 120 minutos
País/Año: Francia/2010
Sinopsis
Un monasterio en las montañas del Magreb en los años noventa... Ocho monjes cistercienses viven en perfecta armonía con sus hermanos musulmanes. Pero la violencia y el terror se apoderan lentamente de la región. A pesar del creciente peligro que les rodea, los monjes deciden quedarse, cueste lo que cueste, haciéndose más fuertes cada día.
Un monasterio en las montañas del Magreb en los años noventa... Ocho monjes cistercienses viven en perfecta armonía con sus hermanos musulmanes. Pero la violencia y el terror se apoderan lentamente de la región. A pesar del creciente peligro que les rodea, los monjes deciden quedarse, cueste lo que cueste, haciéndose más fuertes cada día.
Hay pocos hombres en el mundo a los que se le pueden considerar mártires. ¿Qué lleva a un hombre a convertirse en eso?. Tal vez sea el hecho de que su nombre quedará inmortalizado y servirá de ejemplo para otros, o simplemente es una consecuencia de su exacerbada fé.
La película nos sumerge en la cotidianidad de un monasterio, en donde los monjes que habitan en él viven muy armónicamente con la población musulmana, pero todo se volverá opacado por la violencia que impera en dicha región. Pareciera indicar que se trata de un choque cultural que tejerá una historia de odio y lucha religiosa, pero nada más alejado del argumento. Basada en un hecho real, la película tiene su mayor defecto en el exceso de metraje para contar una historia que no requería de tanto tiempo, no al menos en la forma que está contada, al prescindir de detalles históricos y no ofrecer una clara postura del acto sucedido en los años 90. Y aunque la película se rellene de momentos de naturalidad simple con toques de humor, resulta complaciente, y todo es gracias al magnífico trabajo de todo su elenco. Es po eso que no molestan los cantos que se dejan oir a cada rato del filme, o la contemplación de escenas largas cromatizadas por una buena fotografía. En la simpleza está la grandeza de esta película, y aunque la introducción al hilo principal de esta historia tarde en llegar, el director aligera el camino para un desenlace que seguramente no gustará a muchos, pero que de alguna forma no pudo haber sido más correcto.
Cuando el tema central del filme de Beauvois se hace presente (la decisión de esos monjes de quedarse o no en el monasterio para continuar su labor, a pesar de saber que sus vidas corren peligros) es cuando los actores hacen gala de sus dotes. Y es que no hay algo más complaciente que creer que estas viendo a monjes de verdad que son humanos de carne hueso, que iven el día a día de forma natural, que buscan cómo salir adelante, y que piensan también en ellos mismos, y no sólo en la paz mundial.
En resumén, la película es una mirada muy íntima de la razón por la que estos hombres decidieron quedarse a pesar de saber que su vida estaba en peligro, pero que seguramente sabían que de haber hecho lo contrario, no habrían recibido los favores de los dioses.
Lo mejor: hay una escena en donde se deja oir la melodia del lago de los cisnes, y en donde la camara refleja las caras de los protagonistas con todas las emociones que se pueden conjugar. Una escena reflexiva y emotiva.
Lo peor: que no es una película para todos, sobre todo los que buscan una cinta de choques culturales con manipulación religiosa para que al final nos enfrentemos con sentimientos de lástima por el inevitable desenlace. Aquí no hay trucos baratos.
La película nos sumerge en la cotidianidad de un monasterio, en donde los monjes que habitan en él viven muy armónicamente con la población musulmana, pero todo se volverá opacado por la violencia que impera en dicha región. Pareciera indicar que se trata de un choque cultural que tejerá una historia de odio y lucha religiosa, pero nada más alejado del argumento. Basada en un hecho real, la película tiene su mayor defecto en el exceso de metraje para contar una historia que no requería de tanto tiempo, no al menos en la forma que está contada, al prescindir de detalles históricos y no ofrecer una clara postura del acto sucedido en los años 90. Y aunque la película se rellene de momentos de naturalidad simple con toques de humor, resulta complaciente, y todo es gracias al magnífico trabajo de todo su elenco. Es po eso que no molestan los cantos que se dejan oir a cada rato del filme, o la contemplación de escenas largas cromatizadas por una buena fotografía. En la simpleza está la grandeza de esta película, y aunque la introducción al hilo principal de esta historia tarde en llegar, el director aligera el camino para un desenlace que seguramente no gustará a muchos, pero que de alguna forma no pudo haber sido más correcto.
Cuando el tema central del filme de Beauvois se hace presente (la decisión de esos monjes de quedarse o no en el monasterio para continuar su labor, a pesar de saber que sus vidas corren peligros) es cuando los actores hacen gala de sus dotes. Y es que no hay algo más complaciente que creer que estas viendo a monjes de verdad que son humanos de carne hueso, que iven el día a día de forma natural, que buscan cómo salir adelante, y que piensan también en ellos mismos, y no sólo en la paz mundial.
En resumén, la película es una mirada muy íntima de la razón por la que estos hombres decidieron quedarse a pesar de saber que su vida estaba en peligro, pero que seguramente sabían que de haber hecho lo contrario, no habrían recibido los favores de los dioses.
Lo mejor: hay una escena en donde se deja oir la melodia del lago de los cisnes, y en donde la camara refleja las caras de los protagonistas con todas las emociones que se pueden conjugar. Una escena reflexiva y emotiva.
Lo peor: que no es una película para todos, sobre todo los que buscan una cinta de choques culturales con manipulación religiosa para que al final nos enfrentemos con sentimientos de lástima por el inevitable desenlace. Aquí no hay trucos baratos.